El último día del curso fue especial. Ese día no utilizamos libros,
ni lápices ni libretas. Jugamos al monopoly, con los videojuegos,
comimos cup cakes, bizcochos, galletas, tortilla,... y lo mejor es que
nos comimos a nuestra clase. Sí nuestra clase de chuches. Cada niño/a se
cogió al osito que estaba en su sitio y se lo comió, también el suelo,
las mochilas, las mesas,... Fue la clase más ¡¡¡dulce!!!
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